miércoles, 28 de febrero de 2007

El Uruguay Jurásico

Aparecieron en Tacuarembó dientes de dinosaurios carnívoros que vivieron hace 150 millones de años; entonces el norte del país era un desierto. En otras zonas hay registro de la vida de grandes mamíferos hoy extintos; el hombre aparece hace 11.000 años.

Hace 150 millones de años había un gran desierto que cubría el norte de Uruguay y llegaba hasta San Pablo. Entonces, Sudamérica se estaba separando de África y de la ruptura emanó el mayor derrame de lava que conozca el planeta, lo que cubrió y mató casi todo lo que había del desierto, llamado ahora Botucatú.

Una franja muy pequeña, sin embargo, se salvó de la catástrofe. Conocida en geología como Formación Tacuarembó, va desde la capital del departamento, pasa por Rivera y llega a la frontera con Brasil. Allí, el paleontólogo Daniel Perea y un equipo de Facultad de Ciencias salieron a buscar fósiles de la vida en Botucatú y finalmente los encontraron. Hasta ahora sacaron unos 50 dientes de dinosaurios carnívoros de todo tamaño, dientes de tiburón, de cocodrilo, caparazones de grandes tortugas y almejas y escamas de varios peces, algunos con pulmones, preparados para salir del agua o aguantar sequías.

"Era un desierto muy árido con muchas dunas, pero había también lagunas y ríos efímeros y es, en esos ambientes, donde encontramos los restos", dijo Perea. El hallazgo remite a los animales más antiguos de los que se tenga noticias fósiles en el territorio uruguayo. Y es, a la vez, la comprobación definitiva de que existieron en Uruguay dinosaurios carnívoros, pues hasta ahora las evidencias eran fragmentarias.

Los dinosaurios de Tacuarembó eran en su mayoría raptores, aquellos veloces y temibles de la película Parque Jurásico. Por el momento, se encontraron dientes completos que van de 2 a 4 centímetros de largo, lo que supone animales de hasta 3 metros de altura. Hay, sin embargo, fragmentos de un diente mucho mayor que hace sospechar la presencia de un gran carnívoro, similar al gigantosaurio descubierto en la Patagonia, una mole carnicera de 13,5 metros de altura y 10.000 kilos de peso, mayor que el tiranosaurio rex.

Por ahora, las excavaciones continúan y están buscando algún hueso o pisadas, mejores fósiles para determinar con exactitud las especies y la antigüedad, dijo Perea. "Lo que más aparece son los dientes, porque son más duros", agregó. Y los dientes más abundantes son los del tiburón de agua dulce de nombre científico Priohybodus, y que medía como mucho 1,5 de largo. También aparecen fósiles de este tipo en África, lo que ocurre prácticamente con todos los hallazgos de la Formación Tacuarembó, pues los continentes estaban unidos en una gran masa de tierra que recibía el nombre de Gondwana e incluía también a Australia, India y Antártida.

Los cocodrilos eran más grandes que los actuales y tenían una cabeza estrecha. De ellos han aparecido huesos, y de los peces, escamas. De este ecosistema acuático se alimentaban los dinosaurios hasta que toda esa vida del desierto terminó con el derrame de magma.
Ahora, el suelo de Tacuarembó y parte de Rivera está compuesto de arenas y areniscas. donde se pueden encontrar dudas fosilizadas y sectores de arenisca blanca, indicador de una laguna prehistórica. Y los cerros chatos, como el Batoví, son elevaciones en su momento desérticas a las que la lava les puso un sombrero de roca basáltica.

El terreno ha cambiado

El sistema acuático del desierto quedó bajo un kilómetro de basalto (lava solidificada) y no es otra cosa que el acuífero Guaraní y la fuente de aguas termales del norte del país, explicó el geólogo César Goso. O sea, cuando uno va a las termas se baña en la misma agua en la que andaban, bebían y cazaban los dinosaurios.

"Como la Formación Tacuarembó es más alta, llueve, el agua se filtra por las arenas y se recarga el acuífero", agregó Goso. A la capa de basalto, que cubre el 80% del norte del país se la conoce como Formación Arapey.

Del resto del territorio que luego fue Uruguay, 150 millones de años atrás, poco más se sabe. Seguro, todo era bien distinto, no existía el océano Atlántico y el río Paraná, uno de los más antiguos de la región, desembocaba hacia la cuenca del Amazonas (donde no había selva, sino pradera) y de allí al río Níger, en África.

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miércoles, 14 de febrero de 2007

Halladas huellas de un mamífero prehistórico de hace 15.000 años en Argentina

Las huellas de un mamífero prehistórico de hace 15.000 años han sido descubiertas cerca del balneario argentino de Monte Hermoso, informó hoy el responsable del hallazgo. Las pisadas, un total de nueve, pertenecerían a un scelidotherium, animal prehistórico autóctono de América del Sur, de casi tres metros de largo y 600 kilos de peso, declaró a la prensa local el director del Museo de Ciencias Naturales de Monte Hermoso, Vicente Di Martino.

Las huellas, que miden entre 60 y 70 centímetros, han sido descubiertas, gracias a la erosión producida por la acción del mar, a 5 kilómetros hacia el oeste de Monte Hermoso, localidad situada a orillas del Atlántico y a 700 kilómetros al sur de Buenos Aires. Según Di Martino, se trata de un animal herbívoro con un cráneo fino y muy alargado, que habitó esta zona hace unos 15.000 años y que tendría una mano grande de cinco dedos y en los dígitos segundo y tercero estaría provisto de fuertes garras. En esta zona también se han encontrado huellas humanas de unos 7.000 años de antigüedad.

En los próximos días se sacarán copias de las pisadas para ser expuestas en un salón del museo de Monte Hermoso. Fuentes de esa institución informaron que el género Scelidotherium "fue creado en el año 1839 por el paleontólogo inglés Richard Owen, que se basó en restos fósiles coleccionados por Charles Darwin".

miércoles, 7 de febrero de 2007

Gran artículo de José Luis Barceló

Hoy no escribiré ningún comentario. Simplemente, dejaré el link de un artículo que ha publicado el prestigioso periodista, y mejor amigo, José Luis Barceló. Habla de las relaciones entre los simios prehistóricos y la raza humana actual. Quizá no nos distanciamos tanto.

No es un artículo paleontológico 100%, pero es curioso, divulgativo y, por qué no, entretenido.

Disfrutadlo, amigos.

El artículo es el siguiente: ¿Tenemos derecho a discutir los derechos de los simios?

lunes, 5 de febrero de 2007

Las "Aves del Terror" se extinguieron hace dos millones de años

Estuvieron entre las bestias más temibles de su tiempo. Aves carnívoras de más de dos metros de altura y ciento cincuenta kilos de peso que habitaron en América del Norte y que, según se creía, se extinguieron hace apenas diez mil años, justo mientras los humanos se expandían por el último de los continentes ocupados por nuestra especie. Sin embargo, nuestros antepasados jamás llegaron a encontrarse con Titanis walleri, conocida como el «ave del terror» por su fiereza y su perfecta adaptación al papel de depredador carnívoro.
Un estudio realizado por paleontólogos del Museo de Historia Natural de Florida y recién publicado por la revista Geology sostiene, en efecto, que Titanis walleri se extinguió en realidad mucho tiempo antes de la llegada de los humanos al continente americano. Casi dos millones de años antes. El estudio también arroja luz sobre la manera en que esta especie, originaria de América del Sur, emigró hacia la mitad norte del continente.

Todas las «aves del terror», tanto las del sur como las del norte, habían perdido su capacidad de vuelo y utilizaban sus alas como mortíferos instrumentos con los que voltear y manejar sus presas. Dotadas de enormes y robustos picos, se encontraban entre los mayores depredadores de su época y ocupaban, por tanto, el nivel más alto de la cadena trófica.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores, liderados por el paleontólogo Bruce MacFadden, analizaron los únicos restos que han aparecido de este animal, en Florida y Texas. Y se fijaron especialmente en la distribución de una serie de elementos químicos, muy raros, presentes en los huesos.
«Hasta ahora -explicaBruce MacFadden- los científicos creían que Titanis se extinguió hace 10.000 años». La fecha coincide con la extinción de otras especies de «megafauna», desaparecidas en Norteamérica a finales del Pleistoceno, una extinción de la que los expertos culpan, en parte, a los recién llegados seres humanos. Pero el análisis químico de los fósiles de Titanis walleri arroja una antiguedad de dos millones de años. Según el científico, la migración de sur a norte se produjo hace 5 millones de años, y no dos.